Que nadie te robe la paz; ni quien pudieras criticar, ni quien pudieras sentir que te quiso hacer daño. Que no te robe la paz, que puedas ver al otro como igual, como una persona que vale tanto como tú pero que tiene diferentes problemas de vida o maneras de actuar, que veas que no es que te haya hecho algo a ti sino que tú te lo tomaste personal, y por lo tanto puedas dejar de juzgar. Que su mirada y su actuar, en lugar de llevarte a arrojar tiempo y energía hacia otros, te inviten siempre a ver dentro de ti para DARTE CUENTA, pues reconociendo al otro en uno mismo es como realmente podemos estar en paz.
«Cuando te veo, me veo.»
Lucía Victoria.
Si pudiéramos entenderlo así, las cosas se nos facilitarían bastante.
Tu reflexión ha sido muy apropiada y remarco tan útiles consejos..
Un gusto leerte. Abrazos !
Gracias por pasar Demian! Un abrazo, te sigo leyendo.